A donde sea que se mire hay algo existiendo. El acto poético es reconocer que la dignidad de la belleza está en todas partes: desde lo simple hasta lo majestuoso.
La construcción de estos poemas se inició a partir del cuestionamiento filosófico de la cotidianidad, ¿es lo mismo el vuelo de un avión de papel que el despegue de los aviones que se resbalan entre las nubes? ¿Cuál es el peso de la piel cuando se da un beso o, quizás, las matemáticas no alcanzan a definir el erizo insospechado de la epidermis? ¿Qué pasaría si el tiempo dejara de ser tiempo, para volverse eternidad? Los poemas no son la respuesta; el cometido de la poesía es hacer que las ideas no se petrifiquen y que, en cambio, inauguren su movimiento en la palabra.
Usé el verso libre, por lo que la musicalidad de los poemas no está dada por la rima, sino por la cadencia y el ritmo de hilar un significado con otro. Recurrí a figuras literarias como las erotemas, alegorías, hipérboles y símiles. A su vez, creé el paratexto de la voz retórica mediante la técnica estética y semiótica del collage.
Conmover y traducir a escenas cercanas las ideas, casi metafísicas, fue la composición lírica de estos poemas; hacer que el diccionario del mundo se volviera líquido en un verso.
Escritora: Daniela Vargas Jiménez
Director de arte: Mario Virgüez
2024
